22 de agosto de 2006

VIDAS IMPRESAS

Te internás en una oscura y acogedora máquina del tiempo,
y te olvidás de que tenés que llegar al trabajo temprano
o de tu madre que se queja de tus medias sucias.
Contemplando con éxtasis una sábana iluminada de color
pretendes escapar a un satélite extraterreno
crees poderle robar la platea a Dios para mirar vidas ajenas
que sólo son vidas impresas en plástico rodando por una máquina,
artificiales como muñecos en un parque temático de homo sapiens.
¡Salvad a la damisela en peligro, que los aliens nos atacan!
¡Que el resto del mundo está atrozmente atrasado culturalmente!
Embobado, disfrutás cómo te olvidas de los “must” que no soportás,
por unas horas sos nada, no actuás ni elaborás, sólo naufragás;
es la sensación de aguantar la respiración bajo el agua y dejarte hundir
Cuando todo acaba, retornás a las calles atiborradas de smog
al sofocante aire húmedo, a las felonías realizables y los peligros tangibles;
te acordás del trabajo que no presentaste, de la cama deshecha,
de tu madre que dejó mil mensajes en el celular y de tu perro histérico,
por adentrarte al coliseo de Dios, para jugar a que puedes entrever el destino.

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