12 de septiembre de 2006

Anfibiología

La doble cara... no es la tristeza
ni la alegría que de ella se escapa.
es la indecisión que te acosa
por el deseo sedoso del amor,
al cual no encuentras el color
y no por no saber a quién amas,
sino a qué te aferrás...
intentaría calmar ese río de dolor
pero ya tengo el mío propio
levigando las piedras de su cauce.
Y si no pensás... va a ser mejor
si dejaras que el río lleve el prejuicio
los paradigmas sin ideas dignas
si dejaras la mente en blanco
sólo sentir el impulso del corazón.

Vi una habitación de tu alma
y de ella no me puedo olvidar...
Era fulminantemente bella,
llena de luz y verdad...
Pero no me dejaste entrar
por aferrarte a unos escrúpulos
que ni vos sabés si están,
Allí donde la mañana fue clara
fuiste uno y nada más.

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