12 de septiembre de 2006

No se puede cambiar a la gente
de cultura, de naciones, de paisajes,
no se puede imponer de tal forma el coraje.
Las heridas que sangran, no se desprenden
de la piel de los seres que sufren conscientes.

El día que los de arriba se den cuenta
que esta raza de langostas devoró todas las cerezas
que las máquinas no pueden reírse,
que los árboles tardan en abrirse,
que los niños están demasiado tristes...

Será el día en que el mundo padezca
una fuerte tormenta de ira
una mano inmensa que retira
las malas hierbas del Edén

Será el día en que la inmundicia tape
las ganas de emprender el viaje
hacia un lugar mejor

Del verde sólo quedarán
unos impresos papeles
que no se pueden comer...

El principio de la energía,
la irreversibilidad de la reacción,
la teoría del caos, entran en acción
no se puede quitar tantas vidas
sin recibir las mismas muertes.

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