17 de mayo de 2008

El café del adiós


Otra taza de café por el lavabo
hizo eco sordo frente al espejo
otra noche enfundada en velos
hurgó mis sábanas sin éxito.

Saboreando chocolate amargo
¿quién hace semejante obsequio?
las intenciones se declaran
en mi paladar teñido de negro.

Me quedé perpleja y sin aliento
junto a unos ojos que no miraban,
tantas palabras que no hablaban
tantas caricias en desconsuelo;

la impunidad de un alma cerrada
me dio sin ganas el último beso.

No hay comentarios.: