12 de septiembre de 2006

¿Ahora comprenden?

La muerte me enseñó sobre la vida... ¡tanto!
a dar importancia a lo que realmente hace falta,
a tomarme las cosas con agua gasificada...
Mis prioridades giran en torno a mi corazón
más que alrededor de la montaña social.

Tendré razón o no la tendré
es mi manera de ver
es mi manera de ser...
respirar el aire, lo más que pueda,
disfrutar del momento lo que me queda,
mañana nadie sabe qué es lo que vendrá.

La parca me enseñó, por sobre todo,
a nunca estar preparada, pero siempre lista
para dar un viraje inesperado a mis metas,
y soportar la carga, venga lo que venga.
Mi ventana siempre dispuesta a recibir al sol,
mi alma a la intemperie dejando voy.

Nada puede decirme dónde estoy
es mi manera de andar,
es mi manera de amar,
relamer el dulzor lo más que dure,
conservar la calma y las ganas de probar...

Aunque las huellas del dolor
en mi senda sean profundas
sigo aún con luces en los ojos
y fuerza en los talones.
Aunque no haya un diploma
para los que aprenden
en la escuela de la vida,
y nunca nadie de ella se reciba...

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