18 de mayo de 2016

Dolores



A todos nos falta una pata,
nos duele, nos mata,
sin tregua, sin dios.
Nos hiela, nos cala en el alma:
una espinilla sangra
del hueco temor.
Se nos van cayendo las plumas
revolvemos basura
aullamos ardor.
En sarcástico juego impedido,
lo que más añoras
aclama “hoy no”.
Impalpables los hilos del tiempo
enrejan sustentos
limitan la voz;
quiebran los huesos roídos
tajantes quejidos
lágrimas al sol.
Y todos batallamos silencios
sin cota de malla
cual Armagedón,
bebiendo de un amargo mundo
un consejo oscuro:
“no pidas perdón”.
Por eso, mi fiel enemigo,
o mi dulce amigo, no des opinión;
que también casi todos buscamos
cobijos y mantras,
un sueño mejor.

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