22 de agosto de 2006

AÑORANZA

Decir que te extraño no basta.
no le alcanza al sol la primavera,
ni la gota a la hoja.
Decir que te extraño redunda,
en mis ojos callados y mi risa ausente,
en mi cuerpo desparramado en la cama,
por cada día que se va sin que lo vea.
La angustia de extrañarte
se confunde con la pena de no tenerte
y la miseria de mi vida presente.
Decir que me cuesta seguir no hace falta,
lo demuestra cada latido de mi pecho solitario,
cada pelo en el piso, cada lágrima al lado,
en el silencio de mi noche, mi guitarra y mi canto.
Tu abrazo es un recuerdo apagado
que me hace falta tanto, que me canso de añorar;
eso es lo que más extraño.
Por tu abrazo ausente me cuesta seguir.
No puedo andar por las calles limosneando brazos
que cobijen mi penuria y me avienten al camino,
que desgarren mis quejidos y retengan la esperanza,
porque brazos me rodean y podrían bastarme
pero no son tan especiales para mí como los tuyos
y ninguno me ofrece lo que quiero sentir.


a veces siento que igual me abrazás desde el cielo, en tu
inmaterialidad...

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