Parece que fue ayer,
las fotos estacadas en la repisa:
tus shorts de baño, la floreada camisa,
ese traje negro salpicado de cenizas.
Parece que fue ayer,
las horas jugando, las horas vencidas,
los baños de cantos y recitadas poesías,
las muecas bobas en medio de risas.
Parece que fue ayer,
las sobremesas extendidas,
las anécdotas, las discusiones feministas,
el chiste, la cargada, la piadosa mentira.
Parece que todavía hoy
estás con la mirada perdida presintiendo el adiós,
en mis brazos llorando la angustia feroz.
Quisiera borrar del todo las últimas horas
y hacer como que nada pasó,
pero aparecen siempre del ayer en el hoy.
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